Un íntimo encuentro furtivo en un lugar discreto, un secreto roce de manos entre la gente normal entretenida en sus cosas de gente normal, o incluso una mirada cómplice en la distancia con alguien a quien ni siquiera conoces… hay muchas maneras de ser infiel a la persona a la que aseguras amar cuando sucede lo inevitable en las noches de invierno… o de verano, que los calores son también muy propicios para el amor.

Hoy he sido infiel, sin querer, sin premeditación, ha sido un impulso incontrolado, un latigazo que ha recorrido mi espalda estremeciendo mi cuerpo sin que haya podido evitarlo. A través del espejo de la sección de perfumería me he tropezado con unos ojos espectacularmente bellos que iluminaban toda la tienda, una mirada inquietante, profunda, consistente, fuerte, sincera… en sólo unas décimas de segundo me he enamorado sin remedio.

En mi descargo tengo que decir que sólo ha sido un instante, una sacudida incontrolable por la que enseguida me he sentido culpable.
Tengo que decir también en mi defensa que, aunque he tardado unas décimas de segundo en darme cuenta… esos preciosos ojos que me han enamorado a través del espejo eran los de mi mujer, que tenía a mi lado mientras yo disfrutaba de esa infiel aventura especular.

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"Yo soñé que soñaba, y resultó que el sueño era verdad".

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